| 1 cuota de $9.500,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $9.500,00 |
| 12 cuotas de $1.361,83 | Total $16.341,90 |
| 3 cuotas de $3.166,67 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $9.500,00 |
| 6 cuotas de $1.919,63 | Total $11.517,80 | |
| 9 cuotas de $1.604,34 | Total $14.439,05 | |
| 18 cuotas de $1.158,47 | Total $20.852,50 |
| 1 cuota de $11.119,75 | Total $11.119,75 | |
| 6 cuotas de $2.090,16 | Total $12.540,95 |
| 3 cuotas de $3.706,58 | Total $11.119,75 |
| 3 cuotas de $3.926,98 | Total $11.780,95 | |
| 6 cuotas de $2.241,68 | Total $13.450,10 | |
| 9 cuotas de $1.727,31 | Total $15.545,80 | |
| 12 cuotas de $1.463,55 | Total $17.562,65 | |
| 18 cuotas de $1.219,17 | Total $21.945,00 |
• Tomo de aproximadamente 200 páginas.
• Formato tankoubon con sobrecubierta.
“Se dice que un alma habita en todos esos objetos que tratamos con mucho cuidado”… o por lo menos eso es lo que su padre adoptivo siempre le dijo.
Ludo es un chico huérfano que vive junto a Legt, su padre adoptivo, en un gueto a las afueras de una gran ciudad, donde habitan aquellas personas que son hijos de criminales. Despreciado tanto por su condición como por las extrañas marcas que cubren sus manos y antebrazos, las cuales oculta debajo unos viejos guantes que su padrastro le regaló, Ludo se gana la vida, gracias a sus notables habilidades físicas, “rescatando” de los grandes depósitos de basura de la ciudad aquello que la gente desecha, para luego arreglarlo y venderlo en su barrio. Pero cuando es culpado de un crimen que no cometió, Ludo termina siendo sentenciado al Abismo, un acantilado que parece no tener fondo y donde se desechan todos los desperdicios que la ciudad genera. Habiendo sobrevivido milagrosamente a la caída, el chico es salvado de ser devorado por un enorme monstruo de basura por Engine, un “conserje” que lo ayuda a entender la forma en que funciona el mundo ahí abajo. En el camino descubrirá que cuenta con la habilidad de darle vida a los objetos y extraer poder de ellos para pelear. Ahora, Ludo deberá encontrar la forma de volver a la superficie para probar su inocencia, mientras trata de cambiar las bases de una sociedad que está totalmente podrida.